Qué difícil resulta todo, y qué fácil es cuando pienso en ti. Qué difícil es explicarlo, entenderlo, comprenderlo… y qué más da, si con sólo vernos ya lo sabemos, y las explicaciones sobran. Cada día me planteo más cosas, y a la vez cada día dejo de hacerme preguntas estúpidas, de las que ya sé la respuesta. Cada día queda un día menos para volver a verte, a sentirte, y con eso voy alimentando mi esperanza. Y el mundo me da igual, y los consejos no valdrían, y el qué dirán nunca me importó. Lo único que me importa es lo que veo cuando cierro los ojos. ¿Y adivinas quién está siempre ahí?
Lo más difícil de un papel es tenerlo en blanco. Pero contigo cada página es una nueva oportunidad. ¿Escribimos el libro más largo del mundo?
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