22 de junio de 2009

Si hay algo que me cuesta en la vida es darme por vencida. No puedo. Me cuesta. Me tortura. Me da electricidad. Aun cuando me digan que es lo correcto, aun cuando piense que es lo mejor que puedo hacer, aun cuando es evidente que es la única opción. Aun cuando sea lo más fácil, lo más cómodo, lo más conveniente, lo más atractivo. Busco recetas para dar el paso atrás pero igual sigo avanzando, aunque sepa que un metro adelante me espera una patada fuerte y precisa en el tobillo. Y si, será que a fin de cuentas, realmente soy una cabeza dura.

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